Todo lo demás lo contó sin
reticencias, hasta el desastre de la noche de bodas. Contó que sus amigas la
habían adiestrado para que emborrachara al esposo en la cama hasta que perdiera
el sentido, que aparentara más vergüenza de la que sintiera para que él apagara
la luz, que se hiciera un lavado drástico de aguas de alumbre para fingir la
virginidad, y que manchara la sábana con mercurio cromo para que pudiera
exhibirla al día siguiente en su patio de recién casada. Sólo dos cosas no
tuvieron en cuenta sus coberteras: la excepcional resistencia de bebedor de
Bayardo San Román, y la decencia pura que Ángela Vicario llevaba escondida
dentro de la estolidez impuesta por su madre. «No hice nada de lo que me
dijeron —me dijo—, porque mientras más lo pensaba más me daba cuenta de que
todo aquello era una porquería que no se le podía hacer a nadie, y menos al
pobre hombre que había tenido la mala suerte de casarse conmigo.» De modo que
se dejó desnudar sin reservas en el dormitorio iluminado, a salvo ya de todos los
miedos aprendidos que le habían malogrado la vida. «Fue muy fácil —me dijo—,
porque estaba resuelta a morir.»
GABRIEL
GARCÍA MÁRQUEZ, Crónica
de una muerte anunciada.
1.
Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto.
(Puntuación máxima 1.5 punto).
El texto es un fragmento de Crónica de una muerte anunciada, y se nos
presenta con estructura externa de un solo párrafo. El presente texto,
pues, se divide en dos partes:
PRIMERA PARTE (líneas 1-8: Desde "Todo lo demás lo contó sin
reticencias..." hasta "...en su patio de recién casada"): Consejos
de las comadres de Ángela Vicario para fingir la virginidad en su noche
de bodas.
- Ángela está dispuesta a contarle lo sucedido
al narrador.
- Sus amigas le aleccionan, paso a paso,
en lo que debe hacer para fingir la virginidad: emborrachar al
marido, conseguir que apague la luz, darse un lavado con aguas de
alumbre y manchar la cama con mercurocromo.
SEGUNDA PARTE (líneas 8-18: Desde "Sólo dos cosas nos tuvieron en
cuenta..." hasta "..., porque estaba resuelta a morir"): Resolución de
Ángela de desestimar la impostura y presentarse de forma sincera ante Bayardo
San Román.
- Se dan dos inconvenientes al plan trazado por
las amigas de Ángela: Bayardo San Román tenía una resistencia considerable al
alcohol y Ángela no estaba dispuesta a fingir.
- A medida en que Ángela pensaba en esos
consejos, más se daba cuenta de que era un acto que no se merecía Bayardo
San Román.
- Ángela se entrega a Bayardo sin reservas,
sabiendo que descubriría que no era virgen. No sentía temor, pues estaba
dispuesta a morir.
ALTERNATIVA:
1. Presentación: O bien el primer enunciado, que introduce el fragmento
(líneas 1 y parte de la 2), o bien toda la primera parte de la estructura que
di anteriormente (líneas 1 a 8). En el primer caso, consideramos que la
Presentación introduce de algún modo al personaje y que el fingimiento de la
virginidad constituiría el problema a resolver, y sería parte el Nudo. En el
segundo caso, consideramos que los consejos de las comadres forman parte de la
Presentación, y no del nudo, porque sería parte de lo normal, de lo lógico, y
el conflicto (Nudo) aparecería cuando aparecen los dos inconvenientes aludidos
en la segunda parte de la estructura que ofrecía al principio.
2. Nudo: O bien las líneas correspondientes a los consejos de las
comadres y la alusión a los dos inconvenientes, o bien esto último y, si se
quiere, las palabras de Ángela en estilo directo. También puede
considerarse nudo el resto del texto, para la segunda opción, considerando que
no se hace explícito el desenlace (el rechazo de Bayardo San Román).
3. Desenlace: Se corresponde al hecho de que Ángela se entrega sin
engaños a Bayardo, bien desde sus palabras en estilo directo, bien el resto del
texto a partir de ellas. Otra alternativa, como ya se comentó, es pensar
que el desenlace es el repudio del marido a su esposa, que no aparece en
el fragmento.
Personalmente, prefiero la primera opción, es la que
más coherente me parece. No obstante, todas ellas, u otras, pueden ser
aceptadas como válidas siempre que se encuentren bien justificadas y tengan
cierto sentido.
2. TEMA Y RESUMEN
TEMA:
- Actitud de Ángela Vicario en su noche de bodas.
- Disposición de Ángela Vicario a no fingir su virginidad en su noche de bodas.
- Confesión de Ángela Vicario al narrador con respecto a su actitud sincera en
su noche de bodas.
RESUMEN:
Ángela Vicario le cuenta casi todo al narrador-investigador. En primer lugar,
los consejos que le dieron sus amigas con respecto a fingir su virginidad en la
noche de bodas (los pasos a seguir). Luego, dos inconvenientes: no era fácil
emborrachar a Bayardo San Román, el novio, y sobre todo la actitud de Ángela a
no realizar esos actos, sino a presentarse con sinceridad ante su amado, sin
esconderle nada.
3. COMENTARIO
CRÍTICO
El fragmento a comentar pertenece a la
novela Crónica de una muerte anunciada, obra cumbre, junto a Cien
años de soledad y El coronel no tiene quien le escriba, del
celebérrimo autor colombiano y premio Nobel, Gabriel García Márquez. Muy
recientemente fallecido, en este mismo año de 2014, es el máximo representante
del Realismo Mágico, corriente narrativa en la que se inscribe la obra de la
que procede el fragmento [Puedes introducir aquí diferentes datos referidos al
autor, a su obra completa (autor de novela y cuento, citando títulos, por
ejemplo), a Crónica de una muerte anunciada (fecha -1981-, algo de su
argumento), al Realismo Mágico, ... Eso sí, con mesura, sin excedente porque
este no es el lugar de desplegar todos tus conocimientos teóricos: solo los
suficientes para hacer una buena introducción y dirigirnos a lo más importante,
la interpretación del contenido del fragmento y su valoración]. Por tanto, el
fragmento, al igual que la obra, es literario y narrativo. Aquí se observa
claramente una de las particularidades de la obra, que es el tipo de narrador.
Se trata de una voz narrativa que habla en primera persona, es decir, se trata
no solo de aquel que nos cuenta la historia, sino que asimismo es un personaje
que conoce de primera mano a los protagonistas y a los personajes
secundarios; sin embargo, a pesar de ser un personaje de la localidad donde
suceden los acontecimientos, se distancia del resto: no sabemos cómo se llama,
difuminándose su identidad aunque conocemos su vinculación con varios
personajes, y adopta en toda la obra el rol de investigador, una especie de
periodista que hace averiguaciones para conocer todo lo posible sobre el
asesinato de Santiago Nasar por los hermanos Vicario, cruento desenlace
que conocemos desde el principio de la obra, y realizar una crónica del
suceso (de ahí el título; no olvidemos que la profesión de García Márquez
fue la de periodista).
Como es lógico, la
modalidad textual predominante es la narrativa: la voz del narrador nos va
contando los acontecimientos. Aparece asimismo la voz de un personaje,
Ángela Vicario, en estilo directo marcado en el texto mediante el uso de las
comillas (por dos ocasiones al final del fragmento). De todos modos, todo el
fragmento reproduce lo que Ángela le cuenta al narrador: está dando cuenta de
un diálogo, de una verdadera entrevista donde lo importante es la información
que ofrece la entrevistada (función referencial del lenguaje), y esto se hace,
como hemos dicho, en estilo directo ("«Fue muy fácil —me dijo—, porque
estaba resuelta a morir.»", por ejemplo), pero también, y sobre todo, en
estilo indirecto ("Contó que sus amigas la habían adiestrado para que
emborrachara al esposo en la cama hasta que perdiera el sentido,
...").
La información que ofrece y la que omite Ángela al
narrador es clave para acabar de comprender el contenido de la obra.
Estamos en la penúltima parte o capítulo de la obra. El narrador
localiza, al fin, a Ángela Vicario, después de tanto tiempo, junto a su madre.
Desde el luctuoso suceso, llevan una vida apartada. El narrador desea que
Ángela le confirme o desmienta si realmente fue Santiago Nasar el muchacho con
quien mantuvo relaciones antes de su boda. Esta es la información que Ángela no
da, de ahí que el fragmento comience con "Todo lo demás lo contó con
reticencias, ...", aunque al lector le cunde la sensación de que Santiago
Nasar no era aquel con quien ella se había acostado. La incertidumbre a este
respecto es un elemento de interés literario de tipo estético, que permite al
lector especular y pensar en conjeturas al respecto. La maestría de García
Márquez hace que nos cunda la sensación de que el asesinato de Santiago Nasar,
además de atroz e injusto, es incluso absurdo e infundado, y más sabiendo que
los hermanos Vicario, los asesinos, en el fondo esperaban poder excusarse de
esa especie de obligación moral de salvaguardar el honor de la familia.
Tampoco conocemos, aunque tal vez pueda intuirse, por
qué Ángela desea guardarse para sí esa información. El resto, lo cuenta sin
ambages, convencida, sin ápice de duda, y con una entereza moral que supera a la
de su madre. Así, da cuenta de cómo sus amigas le aconsejaban con respecto al
fingimiento de la virginidad en su noche de bodas. Le dan, efectivamente,
toda una hoja de ruta, paso a paso: primero, emborrachar al marido (Bayardo San
Román), y luego conseguir que la luz se apague gracias a una falsa y
exagerada timidez, lavarse con aguas de alumbre y manchar las sábanas con
mercurocromo para aparentar sangre.
Este plan tenía un fallo, no obstante: la gran
resistencia de Bayardo San Román al alcohol, algo que prácticamente ya
conocíamos o al menos podíamos prever a estas alturas del relato. Pero, sin
duda, si Ángela hubiera seguido el resto de los consejos, lo más probable es
que hubiera tenido éxito, pudiendo imaginar un final bastante feliz: estaría casada
con un hombre que la amaba desde el principio, con grandes posibilidades
económicas y siendo respetada por todos, incluso por su exigente madre.
Sin embargo, como la propia Ángela comenta, no lo
hizo, provocando con ello un desenlace de un cariz muy
distinto: "el desastre de la noche de bodas", como se dice al
principio del fragmento. Bayardo San Román se sentirá burlado y la
repudiará, mostrando así una cara muy distinta a la que hasta ahora
conocíamos de él con respecto a Ángela y a su forma de comportarse y
relacionarse (pasa de ser un hombre excepcional y bastante por encima a los del
resto del pueblo a convertirse en un hombre que se guía por los mismos
convencionalismos que los demás). Hasta ahora, tal vez podríamos haber
imaginado que un hombre tan cortés y al mismo tiempo con tanta experiencia
vital, hubiese podido pasar por alto el hecho de que su mujer no era
virgen. No lo hace y, al no hacerlo, se pone a la altura moral de la madre
de los Vicario. Pues se rige por los mismos parámetros morales de
honra-deshonra, al sentirse agraviado por ello y tomar la decisión de repudiar
a Ángela. Ella, sin embargo, practica una moral más auténtica y pura, despojada
de las rígidas normas inculcadas por su madre, regidora de su casa a lo
Bernarda Alba, con sus hijas, que no con sus hijos. Como el propio texto
dice, y esta es la explicación de su forma de proceder, "la decencia
pura que Ángela Vicario llevaba escondida dentro de la estolidez impuesta por
su madre".
Estas palabras no están aquí por casualidad, y encierran un gran significado.
Hasta ahora, Ángela se había comportado según las estrictas y engreídas normas
morales de su madre, que desea hacer de sus hijas unas abnegadas esposas cuya
razón de ser sea el servicio a sus maridos, al menos en apariencia, pues
ya sabemos que no es virgen, y sabemos que de manera real en prácticamente todo
lo demás. Esta actitud de la madre es calificado por el narrador como estolidez,
y no decencia. Transgrediendo la educación recibida, la
coerción inculcada desde pequeña, en el fondo Ángela sí es decente (la llevaba
escondida): se trata de una decencia natural, nacida del deseo de no engañar al
otro (Bayardo) y de mostrarse tal cual es, esperando de este, creemos, una correspondencia
en sinceridad y amor, pero estando dispuesta incluso a morir (sabía a lo que se
exponía con ese comportamiento). La candidez tan perjudicial para ella desde el
punto de vista social es lo que hace que esta decencia sea calificada como pura
(y no aprendida).
Casarse con Bayardo era liberarse de su madre y
del asfixiante ambiente que imponía a las vidas de sus hijas. Era su
oportunidad para librarse de todo eso para siempre. Ella es consciente
de esta presión, de este ahogo. Sin embargo, su verdadera liberación
consiste en no engañar a su amado para salvaguardar unos valores impuestos por
la sociedad y extremados por su madre. Se trata de un verdadero acto de
rebeldía contra las normas impuestas que aplastan su capacidad de vivir
y ser feliz, arriesgándose con ello, como hemos dicho. El narrador lo
califica de liberación de miedos aprendidos, un término que
parece un tecnicismo de Psicología, un tanto psicoanalítico. Es un
acto de rebeldía contra las coerciones de su madre y esa educación moralista,
pero inmoral; puritana, pero impura; indecente al no tener en cuenta la
individualidad, ser y sentimientos de sus hijas de los demás, por más que se
vistiera de decencia ("ultradecencia", o decencia mal entendida).
Ahora, a pesar de vivir con su madre y llevar una vida aparentemente anulada,
supuestamente desterrada por la vergüenza, como apestada, la encontramos en un
estado de paz interior bastante llamativo. Con todo, y a pesar del
desastre, que le costó la vida a Santiago Nasar, parece que en cierto modo
Ángela ha salido un tanto vencedora en esta lid.
El desastre de la noche de bodas no es solo que fuera
repudiada, sino las tremendas consecuencias de este gesto de rechazo, que da
pie al argumento de todo el libro. Su madre le da una buena paliza; sus
hermanos, poniéndose en el papel masculino de defensores de la honra familiar,
presionan a la chiquilla para que diga el nombre de quien la dejó sin virgo.
Ella, machacada emocional y físicamente, pronuncia el nombre de Santiago Nasar,
sin saber a ciencia cierta si es verdad o no que fue él. Los hermanos,
carniceros de profesión, escenifican ante todos su disposición de ir a matar a
Santiago, con la esperanza de que fueran detenidos o este huyera: de este modo,
quedarían bien ante el pueblo pero no serían asesinos. No obstante, un cúmulo
de casualidades impiden que sean detenidos y que el propio Santiago se entere
de lo que va a pasar y tome medidas.
Así pues, y después de todo, habrá que hacer notar que
Ángela no sentía temor, pues estaba dispuesta a morir: la entrega es total, no
solo sexual.
UNA VEZ HECHO LO MÁS IMPORTANTE, PODEMOS HACER OTRAS COSAS.
* Al ser un texto literario, podríamos rastrear figuras retóricas. Las hay,
como la metáfora ya comentada de que Ángela llevaba escondida una decencia
pura. No obstante, el fragmento es breve y la prosa de García Márquez, en
este caso, sobria (en la obra hay partes muy ricas y profusas en figuras
literarias). Siendo sutiles, o tal vez forzando un poco el significado del
texto, podríamos encontrar símbolos: la habitación iluminada, al contrario del
consejo de las amigas, podría simbolizar la transparencia y sinceridad del
ánimo de Ángela, y que la verdad sobre su virginidad saldría a la luz.